El Placer de servir

 



Las Nuevas Constelaciones son la herramienta de la filosofía del amor adulto. Nos permiten ver la realidad y lo que nos limita en nuestra realización, descubriendo, para liberarlas, las imitaciones y otras ataduras inconscientes del pasado, haciéndonos cada vez más fuertes, autónomos y exitosos.

Es el propio Bert Hellinger quien habla en 2005 de Nuevas Constelaciones,  después de descubrir el movimiento del espíritu ese movimiento que se da en los propios representantes de la constelación cuando están centrados y se mueven de forma autónoma favoreciendo reconciliaciones en un movimiento de sanación. Él en varios de sus artículos , comenta que ya se han acabado las constelaciones antiguas, o las primeras constelaciones familiares, ahora estamos en la etapa de las constelaciones del espiritu o las nuevas constelaciones.

Entrevista de María Eliana Zlatar a Brigitte Champetier de Ribes. 11 marzo 2022




Gabriela Mistral 1889-1957
El placer de servir




Toda la naturaleza es un anhelo de servicio; sirve la nube, sirve el aire, sirve el surco. 
Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú; 
donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú; 
donde haya un esfuerzo que todos esquiven, acéptalo tú.

Sé el que aparte aparte la estorbosa piedra del camino, 
sé el que aparte el odio entre los corazones y las dificultades del problema.

Existe la alegría de ser sano y de ser justo; pero hay, sobre todo, la hermosa, la inmensa alegría de servir.

¡Qué triste sería el mundo si todo en él estuviera hecho, 
si no hubiera rosal que plantar, una empresa que acometer!

Que no te atraigan solamente los trabajos fáciles: 
¡Es tan bello hacer lo que otros esquivan!

Pero no caigas en el error de que sólo se hace mérito con los grandes trabajos;
 hay pequeños servicios que son buenos servicios: 
Adornar una mesa, ordenar unos libros, peinar una niña.
 Aquél es el que critica, éste es el que destruye, sé tú el que sirve.

El servir no es una faena de seres inferiores.
 Dios, que da el fruto y la luz, sirve.
 Pudiera llamársele así: El que sirve. 
Y tiene sus ojos fijos en nuestras manos y nos pregunta cada día: 
¿Serviste hoy? ¿Al árbol? ¿A tu amigo? ¿A tu madre?



Juntos al servicio de la vida

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