Todo está conectado

    

Si queremos sintonizarnos con la vida y fluir con ella primero tendremos que aceptarla como es.  

    La paradoja: Rechazar algo sólo sirve para que ese algo crezca. Temer algo es atraer ese algo. Solamente el asentimiento nos libera de las cargas y permite que se inicie el cambio.


    ¿Cómo entender esa paradoja? Nuestra vida es energía, en movimiento y cambio. Si fluimos con ese movimiento vamos hacia más vida. Si nos oponemos a él, el cambio no llega, lo estamos bloqueando. Sin embargo una potente influencia sistémica nos empuja a imitar lo ya existente. El sentimiento de culpa nos impide ser auténticos,¿ cómo voy a atreverme a soltar la tradición? Además, nuestra mente tiene miedo al cambio: se agarra a lo conocido y quiere repetir una y otra vez. Estamos continuamente freneando la corriente viva de la vida con nuestros miedos, ilusiones, frustraciones…Nos cuesta reconocer que la vida nos está hablando a través de las pruebas, problemas, conflictos o accidentes. Cada dificultad es necesaria para que germine algo nuevo. Pero para que dé sus frutos tenemos que aceptar vivirla.


    Para que nuestros problemas nos hablen, primero hemos de aceptarlos. Aceptar todos los límites que configuran nuestros destino. Sólo entonces la vida se volverá a poner en marcha. En el problema está la solución, está la vida.

    Todo lo que ocurre en la vida tiene dos niveles: el nivel aparente y el nivel profundo que es el nivel real y lo mueve todo.


    Con las Nuevas Constelaciones podemos darnos cuenta de que detrás de cualquier fenómeno de la vida está la sistémica que lo provoca. No somos individuos aislados, somos individuos en relación y pertenecemos a varios sistemas que se relacionan entre sí . 

    El primer sistema al que pertenecemos es a nuestro sistema familiar. Cada persona es sometida a las leyes del sistema familiar, nadie se puede sustraer. 

    Los vínculos sistémicos dirigen nuestras vidas y nuestros inconscientes, sin que nos demos cuenta, a menudo en contra de nuestro bienestar. 

Cada sistema familiar está dirigido por distintos campos:


Una Memoria inherente ordenada (campo morfogenético) que incluye todo lo que se va viviendo y lo transmite tal cual a todos, provocando la imitación y la repetición sin fin

Los campos de las fuerzas de los ordenes del amor.

La pertenencia como fuerza de cohesión, para mantener a todos juntos y que lucha contra la exclusión.

El orden que individualiza a cada uno, empujándole a la supervivencia, al servicio de la vida, para que cada nuevo adulto se haga cargo de la vida y cree un nuevo sistema, una nueva familia.

La compensación que va a permitir que todo lo olvidado termine su ciclo, aunque sea varias generaciones más tarde. Lo podemos también llamar "equilibrio entre pérdidas y ganancias, entre dar y recibir"


    La compensación arcaica provoca una repetición sin fin o una reparación de los desordenes que pueden poner en peligro la cohesión del grupo.

    La sanación de todos (nuestra, de nuestro sistema y de todos los que resuenan con nosotros) se produce cuando aceptamos enfrentarnos a nuestra vida como es, olvidando el pasado. Entonces la persona deja de ser presa de la memoria del campo, crea algo nuevo y ha dejado de imitar. Solo con aceptar la vida como es, se ha conectado con la energía creadora de todo. Se ha conectado con la energía de sanación al servicio de lo mejor para todos.

Las constelaciones ayudan a liberar las fidelidades al pasado permitiendo crear una vida nueva para la persona

 







Instituto de Constelaciones familiares

"Sistemas familiares, intrincaciones, campos mórficos"

Brigitte Champetier de Ribes.

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