¿ Y si vivir fuera otra cosa ?



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        De pequeña pensaba que la vida que vivíamos, las cosas que ocurrían, tenían que tener un sentido pero que por el motivo que fuera no lo estaba entendiendo. Sentía que había algo que no encajaba entre lo que vivíamos, cómo lo vivíamos y la vida. Pensaba que la vida tenía unas reglas, un manual de instrucciones que no sabía seguir. Pero tampoco sabía donde estaba ese manual de instrucciones. 

        O a lo mejor lo habíamos olvidado.

        Al principio, cuando era pequeña pensaba que todo estaba organizado en el mundo, todo tenía una coherencia: las relaciones, la economía y que los mayores lo sabían organizar todo. Luego veía el sufrimiento y pensaba que había algo que no encajaba. 

        De pequeña creía que los precios de las cosas por ejemplo, se fijaban de común acuerdo, tenían una "programación" iban subiendo muy poco a poco en un periodo de tiempo desde un mínimo hasta que llegaban a un tope y luego bajaban de nuevo a ese mínimo para que todo el mundo pudiera comprarlo. Pensaba que la vida estaba organizada equitativamente por los mayores de la mejor forma posible. Creía también que había un sitio donde se guardaban todas las cosas que se iban inventando algo así como una tienda grande, una ferretería. En esa tienda, cada cosa estaba siempre disponible  para quién necesitara ir a buscarla, a comprarla. Y con lo que habíamos avanzado había ya muchos descubrimientos al alcance de todos. Todo lo que había servido alguna vez y había sido fabricado estaba allí guardado. 

        Luego fui creciendo y me di cuenta de que el mundo no era como yo creía , que había mucho sufrimiento y no entendía nada. De nada. Sin embargo seguía pensando que la vida tenía un manual de instrucciones que por el motivo que fuera yo desconocía y que quería aprender para poder entender la vida y ser feliz. Parecía que los demás también lo desconocían.

        Y descubrí ya de mayor que sí lo hay, hay un manual de instrucciones para entender la vida, fluir con ella y aprender a ser feliz con lo que toca.

        Aprendí que cada problema actual que tenemos en algún área de nuestra vida, ya sea en las relaciones, la salud, el trabajo...cualquier área, es una proyección de algo propio no resuelto  en relación a nuestro sistema familiar de origen o actual. Cualquier dificultad que se nos presenta es una transferencia, una proyección anterior de algo no resuelto en nuestra vida y que cuando  resolvemos lo que corresponde de nuestra familia de origen el problema desaparece y la dificultad, la vida actual,  las personas involucradas, cambian.

        Descubrí que la vida es como es, no como nosotros la vemos y nos llama a menudo la atención para que soltemos el pasado  Comprendí que en este espacio tiempo todo tiene un orden y está muy bien organizado a favor de un gran mecanismo que fluye desde un principio  en el que como un puzzle en evolución, cada uno encaja en su lugar según su momento de llegada a la vida, cumple una función y es necesario tal como es. Descubrí que estas fuerzas lo mueven todo y lo equilibran compensando lo que viene de atrás. Que formamos parte de sistemas al servicio de sistemas mayores con sus propias leyes donde resonamos unos con otros. No hay vida individual.

        Aprendí que nuestra conexión con la vida, con ese origen, viene a través de la conexión con nuestros padres y que cualquier conflicto no resuelto con ellos nos desconecta de la vida. Somos nuestros padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos... en cada una de nuestras células, una fusión única de dos sistemas familiares que buscan reconciliarse, transformarse a través de nosotros. Quién sabe si a lo mejor desde hace generaciones.

            Comprobé que todo lo que rechazo de la vida se compensa creciendo en mí. Y que siempre tengo la elección de aceptar o rechazar lo que la vida me presenta. Al rechazarlo me opongo a la vida, bloqueo la energía y al aceptarlo dejo fluir la energía y permito que llegue a su destino.

                He aprendido que la vida tiene un lenguaje de metáforas y sincronías que hemos olvidado y estamos recordando para entenderlo y volver a comunicarnos con ella, porque olvidarlo nos hace  pensar que la vida es sufrimiento; no la entendemos porque no entendemos el lenguaje con el que nos guía y se comunica con nosotros.

            Descubrí que la vida es siempre nueva a cada instante, no se repite. Es energía en movimiento, una sucesión de polaridades que al unirse crean algo nuevo, una polaridad en busca de su contraria. para crear algo distinto y seguir evolucionando

            Descubrí que nosotros somos la vida en evolución.


Este manual de instrucciones tiene un descubridor principal, Bert Hellinger,  filósofo, psicólogo y teólogo alemán creador de la filosofía de las Constelaciones familiares y otros grandes pioneros y maestros como Eric Berne creador del Análisis Transaccional, Virginia Satir, el Dr Ryke G.Hamer, y la actual maestra Brigitte Champetier de Ribes quién sigue compartiendo su sabiduría conectada con la vida. La filosofía de las constelaciones familiares está en evolución así como también lo está su herramienta cuyo objetivo es poner en sintonía a la persona con algo más grande permitiendo la reconciliación.



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