Somos parte de un Sistema



Todo lo que está vivo forma parte de un sistema y en ese sistema lo que afecta a un elemento afecta a todos. Vivimos en comunidades de destino. 




Todos los sistemas tienen un objetivo, una dirección. La familia es un sistema. Se dirigen hacia la vida y están gobernados por dos fuerzas a la vez: La fuerza de cohesión y la fuerza de individuación. La una es conservadora y la otra es progresista. La una recuerda a lo femenino y la otra a lo masculino 


1. La fuerza de cohesion


        2. La fuerza de individuación. 

Estas dos fuerzas se necesitan y actúan sobre todos los miembros del sistema. De cualquier sistema. Cuando la cohesión está garantizada, el sistema se vuelve flexible y permite la individuación, la autonomía, para que se forme un nuevo sistema con cohesión e individuación. No podemos tener autonomía en un sistema si no hay seguridad y pertenencia. De hecho son fuerzas complementarias y opuestas y existe una lucha entre estas fuerzas. Así en un sistema familiar por ejemplo hay individuos tomados al servicio de una de ellas y otros individuos están tomados al servicio de la otra. Un sistema está en continuo movimiento, la perfección no existe y de esta forma no hay sistema sin desorden ni algo que compensar. La cohesión está siempre un poco ”en peligro”. Así hay individuos que están al servicio de la cohesión del sistema y a quienes les costará mucho vivir su individuación e incluso no la permitirán a otros miembros. Según el tipo de sistema veremos a unos miembros o a otros. 

Por otra parte, el gran campo es la fuente de lo sistémico y la conexión con Algo más Grande suaviza estas leyes sistémicas. Los mecanismos de corrección de estas fuerzas dejan de ser tan ciegos cuando nos entregamos al centro vacío y nuestra adhesión hace que algo ocurra a nivel individual y hace que lo global sea menos duro. 

¿Qué pone el peligro la cohesión de un sistema? 

1. Excluir, despreciar, olvidar a alguien o a algo. Olvidar a un muerto, no hacer el duelo de ese muerto…. El sistema recuerda a todos los miembros independientemente de lo que hayan hecho y obliga a que otros más pequeños reemplacen a esos excluidos bien, viviendo la exclusión en sus vidas con la enfermedad o el fracaso o bien excluyendo ellos mismos. Los sistemas son amorales, solo les importa la inclusión y la pertenencia. Todos pertenecemos al sistema por el hecho de nacer en él. 

2. Ocupar el lugar de otra persona del sistema. Reemplazar a un ancestro. Cuando estamos por encima de nosotros o por debajo y desordenamos a los demás. Ejemplo es un hermano mayor que no está en su sitio, los siguientes hermanos tampoco estarán en su sitio y por ende todos estarán desordenados. Así, cuando uno recupere su sitio, todos los demás volverán a su lugar. Un movimiento en el sistema afecta a muchos de los miembros 

3. No terminar el ciclo de algo. El ciclo de la experiencia de ese algo. Todo lo que vivimos y experimentamos es polar o bipolar, mejor dicho : si doy, tengo que recibir, si recibo, tengo que dar. Si hago daño tengo que darme cuenta y reparar. Si pierdo a alguien me tengo que despedir de ese alguien y abrirme de nuevo a la vida. 

Cuando un miembro del sistema tiene un comportamiento específico, repetitivo, es porque está viviendo lo que alguien de su sistema no terminó de vivir. Ese no terminar el ciclo de la vivencia, desordena el sistema y uno de los más jóvenes recibe esa información para terminar lo que se quedó sin resolver. Así, los pequeños están al servicio del desorden de los anteriores. La cuestión es que si a un ancestro le costó resolverlo, el descendiente cuando lo reciba no va a saber cómo hacerlo. Es por ello que el descubrir las constelaciones permite resolver desde la raíz problemas que hasta ahora no entendíamos. De todas formas, ahora lo sistémico está en profundo cambio y lo que pide es que el miembro pequeño del sistema asuma los espejos de estos problemas en su vida. Al aceptar el espejo que nos toca en nuestra vida, se sana. Cuando decimos SÍ a la vida y dejamos de estar en la víctima, cuando dejamos de vivir angustiados por los problemas, entonces dejamos de estar al servicio de los grandes y cuando aceptamos nuestra vida tal y como es nos convertimos en grandes, en fuerzas de sanación. Cambiamos de status y nos transformamos en recursos del sistema. 




"Las fuerzas del amor" Brigitte Champetier de Ribes. Ed Gaia
"Los desafíos de la vida actual" Brigitte Champetier de Ribes. Ed Gaia
Nuevas Constelaciones. insconsfa.com


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