Nuevas Constelaciones




Constelación de Familia .Entrevista con Bert Hellinger, Revista Recto-Verseau 

Suiza, Enero 2006

Entrevista de Laurent Montbuleau

Traducción de Brigitte Champetier de Ribes https://www.insconsfa.com/arth_constelacion_en_familia.php

Nuestra vida, a pesar de lo que pensamos, está muy influenciada por nuestra historia familiar. Esta historia constituye la trama viva, orgánica, cuyos acontecimientos familiares pasados todavía nos salpican.

El método de la Constelación Familiar creada por Bert Hellinger tiene como meta explorar, poner a la luz nuestro sistema familiar proyectando afuera una imagen clara y significativa de modo a tres soluciones.


Pregunta: ¿Qué entiende por Constelación Familiar?



Bert Hellinger: Como método la Constelación Familiar fue utilizada por otros antes que yo. Me permitió realizar algunas experiencias, gracias a ella obtuve más precisiones sobre las relaciones humanas. El uso de ese método muestra que los representantes perciben inmediatamente, directamente, lo que ocurre en el sistema familiar sin haber recibido ninguna información sobre el tema. Recibo la información que necesito para trabajar al observar a los representantes; a través de lo que hacen se produce un movimiento en el sistema. Vemos dónde el movimiento se interrumpe, dónde se produce un problema, de qué modo el movimiento puede continuar y llegar a una solución. Es por ese motivo que en mi trabajo confío totalmente en lo que expresan los representantes.


La Constelación Familiar empezó de un modo más bien superficial. El cliente elegía a los representantes para los miembros de su familia y los colocaba en el espacio, relacionándolos los unos con los otros. Yo preguntaba a los representantes lo que sentían en ese lugar y las respuestas que daban me permitían ver lo que ocurría en el sistema. Por lo tanto, yo confiaba en las respuestas verbales que daban los representantes. Confío en lo que se manifiesta. Esto es el aspecto externo.


Pregunta: Usted habla de un campo espiritual, ¿es en referencia a los descubrimientos de Rupert Sheldrake y a sus campos morfogenéticos?


Bert Hellinger: Sí, la pregunta es importante.


Rupert Sheldrake, del que soy amigo, observó esos campos, no solo en los sistemas familiares sino también en sistemas más amplios. Participó en mis seminarios. Me dijo que había visto actuar los campos morfogenéticos en las constelaciones familiares. Desde entonces Sheldrake sigue con sus investigaciones. Habla ahora de campos espirituales, de campos del espíritu, llamándolos espíritu ampliado, espíritu ensanchado.


En la filosofía occidental, en Descartes y Kant por ejemplo, encontramos la idea según la cual existe una libertad humana y que por sí mismo el hombre reconoce lo esencial y por lo tanto puede actuar en consecuencia. Esa opinión muy expandida entró en nuestra cultura occidental; forma parte de nuestra cultura.


A partir de las observaciones de Sheldrake y de las mías, respecto a la exigencia de autonomía por ejemplo, la idea de que cada uno es responsable de su comportamiento y que hay que darle por responsable de lo que hace, ya no se puede mantener.


A través de las constelaciones familiares se ve que cada uno está vinculado con otras muchas personas y elementos del sistema. Sheldrake llama a esto estar en la resonancia. La consecuencia extremadamente importante que resulta de ello es que en ese campo nada se puede perder.


La idea muy extensa de que podríamos deshacernos de algo, incluso hacer desaparecer algo, vencer otro pueblo, por ejemplo, destruirlo o deshacernos de una enfermedad, es por lo tanto aberrante. De hecho esas ideas de exclusión, el hecho de que sería posible deshacernos de algo y que después ya estaríamos libres de ello, ya no pueden ser defendidas, mantenidas.


En un campo todo sigue presente y sigue actuando sobre todos los demás elementos del sistema, en particular los que fueron excluidos del sistema; son ellos los que promueven la acción más profunda.


Tomemos un ejemplo sencillo, que se manifiesta frecuentemente en las constelaciones de familia. Los miembros de una pareja que anteriormente tenían otra relación conyugal. En la nueva relación tienen hijos y de pronto se extrañan del comportamiento de uno de sus hijos. Muy a menudo cuando alguien se separa de su pareja le hace reproches, dice que él es el culpable, y la pareja acusada se enfada. En el campo que constituye la nueva pareja, la pareja desechada sigue presente y actuando a través del hijo que manifiesta los mismos sentimientos que al que representa. Este hijo no está libre, está intrincado en el campo del sistema. Las consecuencias de una exclusión siempre son las mismas, el campo busca reintegrar a las personas excluidas por medio de la intrincación con algunos descendientes.


Pregunta: ¿Este sistema familiar funcionaría por ejemplo como una célula, un cuerpo orgánico que intentaría cueste lo que cueste mantener una forma de homeostasis?


Bert Hellinger: Muy exactamente, es una imagen muy bonita, muy bella.


Pregunta: Por lo tanto, partiendo de un problema o desequilibrio, ¿la Constelación Familiar tiene como meta restablecer un equilibrio y una armonía?


Bert Hellinger: Prácticamente la solución consiste siempre en reintegrar a la persona excluida en el sistema. Después la persona que representaba a la excluida estará libre y dejará de estar perjudicada por la influencia de la excluida. Sin embargo no está libre de hacer todo lo que quiere, solo la mala influencia desaparece. Esa persona está entonces en otro vínculo con el campo entero, y en vez de excluir, el campo integra. La persona se siente a partir de entonces completa y entera. Es en ese vínculo cuando la persona siente libertad. No se trata de una libertad contra alguien sino de una libertad que tiene en común con otros.


Constatamos pues que nuestra filosofía occidental está superada. La realidad que manifiestan las constelaciones familiares muestra que esa filosofía es incompleta aunque sigue influenciando ampliamente nuestra cultura.


La masa de las críticas contra las constelaciones familiares viene de los que piensan que deben mantener la antigua filosofía occidental, filosofía que afirma que tal idea es exacta y que por lo tanto tal otra no puede serlo.


Las Constelaciones Familiares y los conocimientos que han permitido descubrir no son fruto de una reflexión; se fundan sobre las observaciones, pues lo importante es la realidad y el reconocimiento de la realidad tal y como se manifiesta.


Pregunta: ¿Qué entiende por intrincaciones? ¿Perturban un ordenamiento sutil, energético?


Bert Hellinger: La intrincación es el resultado de un desorden.


En un sistema el desorden esencial es la exclusión de uno de sus miembros.


Prácticamente la solución consiste en reintegrarlo en el sistema.


Escribí un libro titulado “Los órdenes del amor”. Allí muestro lo que conduce al desorden y cómo es posible restablecer el orden. Orden y desorden tienen la misma dinámica. Hay desorden cuando alguien se cree o se pone en un lugar superior al de otro, diciéndole por ejemplo: “tú no eres de nuestro sistema”, es decir, “soy superior a ti”. Si observamos entonces lo que pasa en el alma, lo que dice significa: “tengo derecho a vivir y tú no”.


Es muy extraño cuando se piensa en ello. La moral o la que tenemos como tal lo exige incluso, y lleva a la exclusión. Es por lo que los que excluyen a otros se sienten bien, tienen buena conciencia. La conciencia colectiva intenta entonces sin éxito restablecer la integralidad del sistema dejando que un descendiente represente inconscientemente a la persona excluida. No es posible ayudar a ese descendiente, a no ser que se sepa cómo el desorden se produce y cómo puede ser restablecido. El orden es restablecido cuando todos los miembros del sistema se consideran como iguales y del mismo valor. Entonces la paz se instaura y es eminentemente democrático.


La democracia como respeto del otro que tiene el mismo valor que yo.


Una de las bases de una vida de pareja exitosa entre dos personas diferentes es que consideren que tienen el mismo valor. Para cada uno eso consiste en reconocer y decir al otro: “te necesito”. Y haciéndolo los miembros de la pareja velan por la armonía entre dar y recibir. Cuando cada uno toma lo que el otro le da, nadie es mejor o menos que el otro. Se instaura una igualdad, una equivalencia y el orden se establece.


Pregunta: Pero si en la pareja una persona da más, ¿eso puede crear una forma de poder?


Bert Hellinger: Exactamente, el que da más piensa que tiene más derechos.


Muchos terapeutas dan mucho y por lo tanto creen tener mucho poder e influencia y el cliente se resiste.


Cuando uno da un buen consejo a un niño, ¿el niño lo sigue?, generalmente no. Cuando un consejo viene desde arriba nadie, ni siquiera los adultos lo siguen. Cuando se muestra a un niño cómo hacer ciertas cosas, él puede comparar, hacer experiencia. Lo hace porque tiene derecho a hacerlo, no para seguir.


Durante un seminario una participante contó que su hijo de doce años todavía se hacía pis en la cama. No podía participar en las carreras de la escuela. La madre fue a consultar a muchos terapeutas por su hijo, les contaba lo que ocurría y el hijo se sentía miserable. Esa madre vino a ver a mi esposa. Lo primero que mi mujer le dijo fue: “no hables de eso con nadie más”. La madre entonces se enfadó con mi mujer. Una semana más tarde, mi mujer recibió una carta de esa madre diciéndole que desde el día que le había dicho que dejara de hablar de ese tema, su hijo había dejado de hacer pis. En el campo, el chico había percibido el respeto que se le manifestaba.


Pregunta: ¿Y eso, cómo funciona?


Bert Hellinger: Las Constelaciones Familiares muestran de un modo evidente que los representantes perciben inmediatamente lo que pasa en el campo de la familia, y que los miembros de la familia que son representados sienten lo que pasa en la constelación. Es por lo que no es necesario contar a esas personas lo que ocurrió, el campo se transforma por sí mismo y éste niño percibió que mi mujer lo respetaba.


Pregunta: ¿Estaremos entonces dotados de una sensibilidad mucho mayor de lo que podríamos pensar?


Bert Hellinger: Exactamente. Platón ya notaba que la comunicación no es posible más que dentro de un campo. No podríamos comunicarnos, tener esta entrevista los dos, si estuviéramos aislados. Podemos hacerlo porque estamos en un mismo campo. Este campo Platón lo llama el alma. El alma es lo que vincula, lo que une.


Pregunta: Desde su enfoque, usted habla a menudo del movimiento del alma. ¿Qué es eso?


Bert Hellinger: Aristóteles habla del alma de las plantas, de los animales y de los humanos. El alma tiene dos tareas: vincula, une ciertas cosas y hace una unidad con ella. Todo lo que está vivo, está vinculado por el alma. Mi cuerpo se mantiene gracias al alma. Lo mismo para un animal y para un árbol. De este modo el alma está en mí y al mismo tiempo me supera, es más que yo. Sabe lo que necesito, está vinculada con otra cosa. El metabolismo que conoce mis necesidades fisiológicas solo puede funcionar por estar conectado con algo más grande. ¿Cómo podría una vaca encontrar la hierba que la cura? La adaptación se hace porque el alma está vinculada con el todo y me integra.


En ese sentido también existe un alma de la familia, un campo del espíritu. Sheldrake me contó que un filósofo, un tal Driesch (biólogo y filósofo alemán, iniciador de una teoría vitalista: la filosofía del organismo) estudió esas cosas y las llamó “alma”. Puso entonces en ebullición al mundo filosófico de su época y para calmar las cosas, reemplazó el término alma” por el de “campo”. El alma es algo espiritual cuya actividad consiste en unificar. En las Constelaciones Familiares, tal y como las practico, vemos los movimientos del alma.


Pregunta: Para un observador externo que mira el trabajo de las Constelaciones, lo que emana del conjunto le puede parecer muy simple y se presta a confusión; es un método demasiado simple como para ser realmente eficaz…


Bert Hellinger: Los sucesivos desarrollos que se han producido en la Constelación Familiar hacen que ya casi no intervenga más que muy esporádicamente. Observo el movimiento que actúa a través de los representantes. Es siempre el mismo: une algo. Vuelve a conectar cosas que se oponían hasta entonces.


Evidentemente esto tiene consecuencias muy saludables en las familias.


Podemos ver cómo una pareja puede reencontrarse después de un conflicto causado por intrincaciones con relaciones anteriores o vínculos de la familia de origen. De pronto, se dan cuenta de que no están libres, y que en su sistema existe una fuerza buena que los une si se dejan llevar por ella.


Lo mismo ocurre con las relaciones de los hijos con sus padres. Cuando los hijos son difíciles, algunos piensan que son “malos” hijos… pero de hecho en el sistema, lo que desean es algo bueno. No es algo en lo que piensan. En el sistema existe un movimiento que quiere alcanzar algo benéfico. Cuando lo sabemos podemos establecer una relación distinta con los hijos. Dentro de las familias, las constelaciones tienen efectos muy benéficos.


Una constelación puede también mostrar cómo una enfermedad está vinculada con una intrincación; a través de la enfermedad una persona excluida se manifiesta obligando así al sistema familiar a considerar a esta persona. Cuando el sistema vuelve a integrar a la excluida, es posible que la enfermedad disminuya o desaparezca. Es especialmente visible en los casos de cáncer.


Pregunta: Usted está hablando de enfermedades graves, ¿es también el caso para las enfermedades crónicas?


Bert Hellinger: Sobre todo para las enfermedades crónicas. Hemos tenido el caso de un chico que sufría de una enfermedad crónica de la garganta. Hice representar a su enfermedad; ella estaba mirando a un muerto. El representante del joven fue dando una vuelta alrededor del muerto. Era un movimiento muy bonito. Y solo se trataba de un simple dolor de garganta...


Estos conocimientos, por supuesto, tienen consecuencias para la medicina. Si uno sigue el movimiento de una enfermedad, llega a una persona excluida esperando que la reintegren. Por lo tanto, puede haber una colaboración muy fructuosa entre Constelaciones Familiares y Medicina.


Pregunta: ¿Usted piensa que tenemos cada uno un guion de vida, un destino?


Bert Hellinger: acaba de utilizar la palabra “guion”. Este término nos viene del Análisis Transaccional. Eric Berne, fundador del Análisis Transaccional, se dio cuenta de que cada uno obedece a un guion, un programa de vida. Pensaba que era la misma persona la que determinaba su guion. Por mi parte, me di cuenta de que sí, existe el guion, pero tiene que ver ante todo con las intrincaciones. Nuestro sistema nos obliga a este guion, por así decirlo. Cuando las intrincaciones salen a la luz, uno puede dar un giro a su vida, puede tomar una nueva dirección. Un nuevo elemento de libertad creativa puede entrar en juego.


Pregunta: ¿Qué ocurre con nuestra visión de la libertad y de nuestro libre-albedrío, a la que tenemos tanto apego, si estamos bajo la influencia invisible de alguna fuerza...?


Bert Hellinger: Hay algo de cierto en el libre-albedrío. Por ejemplo, ambos hemos acordado encontrarnos hoy; de alguna manera, es una elección libre.


Cuando observo los movimientos del alma en una constelación familiar, adopto una postura, me pregunto si es bueno o no. Si ayuda o no. Existe pues un elemento de libertad. Pero no se trata de una libertad arbitraria: es mi vivencia que hace que sea así.


Participé en un simposium en el que un conocido filósofo afirmaba que la persona humana es totalmente independiente de los demás. Le dije: “Sin embargo, vemos muy claramente que nos necesitamos los unos a los otros". Pienso que este tipo de afirmaciones contribuye a la propagación de ideas filosóficas locas.


Lo que acompaña a estos movimientos del alma más amplios y más grandes es vivido como libertad, como un acuerdo, como una recompensa. Y no se limita a los humanos. Allí donde existe aprendizaje, hay acuerdo. Un perro aprende, una planta también...


Este proceso proviene del movimiento de la vida misma.


Pregunta: ¿Piensa entonces que el universo entero es vivo y sagrado?


Bert Hellinger: Existe una consciencia. Pienso que todas nuestras consideraciones sobre Dios se aplican con más propiedad todavía a la misma vida. No hay nada más espiritual que la vida. De algún modo, la vida es un movimiento divino y creador. Pero la vida es incompleta ya que sigue aprendiendo.


Aprender o crear presupone que, anteriormente, algo estaba incompleto, que, anteriormente, hubo un error y una nueva adaptación. Son movimientos divinos y el error también es divino.


Pregunta: al observar su trabajo advertí una calidad muy particular de presencia, de atención, de escucha... y tuve la impresión de una ceremonia desarrollándose en un espacio sagrado...


Bert Hellinger: exacto. Cuando entro en ese trabajo, me vinculo con una fuerza mucho mayor que yo y resulta en una especie de ritual. Es un espectáculo sagrado. La tragedia griega era una constelación familiar. Todo el público estaba integrado en la constelación, para todos era una especie de purificación. En las tragedias los elementos importantes de un campo están claramente presentes.


A esta altura de la entrevista, debo decir una palabra sobre la conciencia. El trabajo de constelación familiar ha desmitificado la conciencia. Es ahora manifiesto que la conciencia tiene como función principal el atarnos a un determinado grupo. Todo lo que vivimos con este grupo lo experimentamos como bueno. A la inversa, todo lo que amenaza este apego lo sentimos como malo, y la mala conciencia nos impulsa a reintegrar el grupo.


Existe otra conciencia todavía, que, en nuestra cultura, es oculta, por decirlo de alguna manera. Se trata del movimiento elemental del campo del espíritu. Dos leyes rigen esa conciencia:


Primero, nadie tiene el derecho de excluir a un miembro del grupo.


Y segundo, los miembros del grupo nacidos más tarde no tienen el derecho de inmiscuirse en los asuntos de los que estaban antes.


Las constelaciones familiares muestran claramente que lo peor ocurre cuando un hijo quiere resolver un asunto de sus padres en el lugar de ellos. El hijo se pone entonces en una posición superior con respeto a ellos, evidentemente con toda buena conciencia ya que solo desea ayudar. Se siente inocente. Sin embargo el campo castiga esta arrogancia con el fracaso y la muerte.


Todas las tragedias obedecen al mismo esquema fundamental: el héroe, nacido más tarde, desea, con buenísima conciencia, resolver por amor un problema ajeno, de alguien nacido antes que él. En la tragedia griega, los dioses sustituyen a esa conciencia inconsciente y castigan al héroe con la muerte. Resulta evidente que esa conciencia es más importante que la moral y que es precisamente el conflicto entre estas dos formas de conciencia el hilo conductor de la tragedia. Era lo que las tragedias griegas ofrecían al publico. Permitían que los espectadores se purificasen y cambiasen de actitud. Era un espectáculo religioso y esto se manifiesta en parte en las constelaciones familiares.


Pregunta: ¿Era una especie de iniciación colectiva?


Bert Hellinger: Lo dice muy bien.


Pregunta: Usted dice que los secretos de familia deberían seguir siendo secretos mientras que en psicogenealogía se tiende a preconizar todo lo contrario...


Bert Hellinger: Lo que se plantea es: ¿quién quiere desvelar el secreto? Siempre alguien nacido más tarde; creyendo que hace algo bueno. Pero al hacerlo se siente superior a los que estaban antes. Allí empieza la tragedia.


El terapeuta que participa al levantamiento de un secreto se pone también en un lugar superior, y se encuentra sumido en la tragedia al igual que los otros. Un ejemplo bonito es el de Hamlet. El rey se le aparece a Hamlet y le dice: “no he muerto, he sido asesinado”. Entonces revela el secreto e incita a su hijo a que haga la luz sobre ello.


Y ¿sabe cómo termina?


Mueren todos...


Pregunta: parece que para usted la familia es muy importante, y que el hecho de honrar a los ancestros constituye una base fundamental en su sistema...


Bert Hellinger: estas dos realidades, la importancia de la familia y los ancestros, no constituyen para mí una especie de ideología al servicio del salvamento de la familia. En la vida, ambas realidades actúan a diferentes niveles. No someto la familia a unas cuantas leyes. Observo cuáles son los efectos de esas realidades y me dejo conducir por los acontecimientos. No todo el mundo es capaz de asumir esas consecuencias, por estar intrincado por ejemplo, y esto también lo respeto.


Durante todo el trabajo, me mantengo en la misma actitud: quiero a todos de la misma manera.


Pregunta: según usted, ¿perdonar consistiría en ponerse en una posición superior al otro?


Bert Hellinger: existen varios niveles en el perdón. En una pareja, cuando uno de los dos ha hecho daño al otro y se dicen “olvidémoslo.” Se trata de hecho de un perdón mutuo, el tema está zanjado. Es un perdón benéfico.


Ahora bien, tomemos el caso de un esposo que ha tomado una amante. El hecho más grave no es que lo haya hecho, sino que lo confiese... y que su mujer lo perdone. ¿Qué ocurre entonces? ¿El amor puede resistirlo? Con su perdón, la mujer hace pequeño al hombre y a la vez lo condena. Pero nadie es mejor que el otro.


Cuando alguien ha cometido algo contra el otro, suele esperar que este último lo perdone. Cuando han existido abusos en una familia y el padre le pide a su hija que lo perdone, vemos que ese padre no considera su culpabilidad y que la hija no mira lo que ocurrió. La hija se siente invitada a hacerse superior a su padre, como si tuviera derecho de hacerlo. Lo mejor que puede hacer esa hija es que diga a su padre: “te dejo tu culpabilidad. No tengo derecho a perdonarte” el padre entonces conserva su dignidad, la hija también y posteriormente se pueden separar. Pero si la hija perdona, siguen atados el uno al otro.


Lo que hago pues en mi trabajo es verificar las consecuencias cuando, por ejemplo, alguien dice: “te perdono”. En varios niveles.


En un congreso sobre las constelaciones familiares en Colonia participaban unos periodistas de África del Sur. Eran miembros de la comisión de investigación sobre la verdad durante el apartheid. Se trataba de hecho de perdonar a los perpetradores. En África del Sur perdonar funciona de otra manera que aquí. La víctima siente que el culpable le ha limitado en su humanidad y espera que, gracias a su comportamiento, él manifieste que es humano. Si lo manifiesta con una actitud constructiva, ayudando por ejemplo, la víctima puede decirle: “ahora puedo perdonarte”. Es muy profundo y no va de un superior a un inferior. Vincula a la víctima con el perpetrador. En el debate que siguió, pregunté a estos periodistas: “en realidad, ¿qué significa perdonar?” Me contestaron: “significa que le digo al otro: soy como tú”. Evidentemente es distinto del perdón que gastamos...


Acabo de utilizar el método de la filosofía fenomenológica. Es decir que he tomado la palabra perdonar, he observado en qué contexto esta palabra se utiliza y cuales son las consecuencias de ese uso, por ambas partes. Perdonar se transforma entonces en algo lleno, en distintos niveles. Cuando uno actúa así, aprende la prudencia en la utilización de una palabra como “perdón”. Uno siente dónde es acertada y dónde no.


El caso extremo es la situación en la que hay víctima y asesino. La pregunta entonces es: ¿cómo se puede llegar a la reconciliación? ¿Cómo puede haber un encuentro entre ellos para que se resuelva? No hay solución posible mientras el criminal no es reconocido como ser humano y amado como ser humano.


Por ejemplo cuando un descendiente de la víctima mira al criminal y le dice: “sí, te considero como un humano, te veo como un humano, como todo el mundo, con una culpabilidad particular”. Cuando alguien dice a este perpetrador “te quiero” él ya no necesita defenderse, su cara cambia, se suaviza. Luego se acercan el uno al otro... y se ha terminado.


Pregunta: ¿Qué piensa del sentimiento de culpabilidad con respecto a la responsabilidad?


Bert Hellinger: el sentimiento de culpabilidad viene del hecho de que la persona no asume la responsabilidad de sus actos. El que asume sus actos no siente culpabilidad, tiene fuerza y hace las cosas inherentes a las consecuencias, lo que, al final, es positivo para los demás. El sentimiento de culpabilidad es un sentimiento barato, mientras que asumir los actos y sus consecuencias es grande y tiene fuerza.


Pregunta: Le he oído decir que los sacerdotes, pastores y terapeutas buscan evitar que la gente pague las consecuencias de sus actos. ¿Puede precisar su pensamiento?


Bert Hellinger: efectivamente debo precisar lo que dije. Algunos sacerdotes, algunos pastores y algunos psicoterapeutas se las arreglan efectivamente para que la gente no tenga que asumir plenamente las consecuencias de sus actos. Intentan suavizarlas.


Pregunta: Las palabras “amor” y “benevolencia” vuelven a menudo en sus intervenciones. ¿Qué es lo que las sostiene, en un recorrido como el suyo?


Bert Hellinger: Voy a considerar esas palabras de un modo fenomenológico. La palabra amor tiene numerosos significados, puede ser vivo de maneras muy distintas: el amor entre hombre y mujer, entre hijos y padres... Es un amor que viene del corazón, del sentimiento, es el fundamento de la vida. Todo lo que ocurre en la vida es amor logrado. Es un amor que permanece dentro de un cierto espacio, sobre todo el de la familia.


Pero existe también un amor del espíritu que proviene de un saber y obedece a un saber. Uno de sus elementos es que, en lo esencial, todos los hombres son iguales. Este amor quiere el bien a los demás y la mayoría de las veces es un amor sin sentimiento.


No podemos querer a todo el mundo como queremos a nuestros padres o a nuestros hijos, es imposible. Pero sí podemos respetar a todo el mundo. Es un amor del espíritu. Y este amor es el fundamento de la verdadera ayuda.


Entrevista de Laurent Montbuleau


Traducción de Brigitte Champetier de Ribes


Gracias a la amabilidad de la Revista Recto-Verseau


www.recto-verseau.ch

Constelación de Familia



Entrevista con Bert Hellinger, Revista Recto-Verseau
Suiza, Enero 2006

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